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Nuestra mejor herramienta para la detección y el cribado –la mamografía– tiene un índice de falsos negativos de un 10%-25%, dependiendo de las series.
Cada año cientos de mujeres son diagnosticadas erróneamente “libres de cáncer”. Además, en algunas mujeres sometidas a tratamiento, la mamografía muestra limitaciones en cuanto a la capacidad de establecer adecuadamente el punto en que está la enfermedad. Por ejemplo, puede subestimar el alcance de un carcinoma lobular en hasta un 25% de los casos. Dadas estas circunstancias, la RM de mama se convierte en un complemento indispensable a la mamografía.
La RM ha sido una herramienta de gran utilidad en el estudio de numerosas partes de la anatomía humana, pero no ha empezado a utilizarse para la exploración de la mama hasta hace poco tiempo.
La RM es ahora reconocida como la modalidad de imagen más precisa para la detección del cáncer de mama, ofreciendo claridad en muchas situaciones clínicas en las que el denso tejido mamario no se visualiza adecuadamente mediante una mamografía rutinaria o una ecografía. Ha resultado particularmente útil para detectar la fase en la que se encuentra un cáncer diagnosticado mediante biopsia, en especial el carcinoma lobular invasivo y carcinoma ductal in situ, los cuales históricamente no eran adecuadamente visualizados con técnicas convencionales. Es esos casos, la RM puede resultar útil para guiar tanto al cirujano como al paciente a tomar una decisión apropiada sobre la conservación de la mama frente a la mastectomía.